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lunes, 14 de abril de 2014

España hoy, Mario Vargas Llosa y su rosa para Rosa

 

José Ramos Bosmediano 
Educador, ex Secretario General del SUTEP 

España, monarquía o república, que da igual, ha ingresado a un nuevo proceso electoral cuando las multitudes "indignadas", desde el 15 de mayo del año en curso, demostraron que la fama de país desarrollado y próspero no era sino un ropaje que venía cubriendo las resquebrajaduras de una piel social bastante débil y con desigualdades que la presencia de millones de turistas, más la estridente actividad literaria y cultural consumida por quienes tienen posibilidades de gastar, una minoría en medio de la debacle de su sistema educativo, no hicieron más que mantener en la penumbra. 

La nueva campaña electoral abierta se orienta a cambiar al desgastado gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, del denominado Partido Socialista Obrero Español (PSOE), fuerza socialdemócrata que viene turnándose en el poder del Estado con el ultraconservador y neoliberal Partido Popular en las últimas 3 décadas. Y claro que será derrotado por su rival casi histórico, según las tendencias de la ciudadanía. Tercia en la contienda el partido Unión Progreso y Democracia (UP y D), pequeña fuerza liderada por doña Rosa Díez, la nueva rosa de Mario Vargas Llosa según su último artículo publicado en La República de Lima ("Una rosa para Rosa", domingo 06/11/2011, pp. 18-19). 

La crisis de España no es un asunto simplemente del PSOE 

Para acomodar su opción política y sus fobias antisocialistas, El Premio Nobel peruano enfila su batería, aunque quiera decir lo contrario, exclusivamente contra el gobierno de Zapatero, como si la actual crisis podría haber sido enfrentada con éxito a través de "medidas oportunas". Vargas Llosa culpa al PSOE de falta de previsión para aplicar el paquete neoliberal que, precisamente, hubiese aplicado también el PP, como lo está haciendo el gobierno griego bajo la dirección del Primer Ministro Giorgios Papandréu, que hoy, temeroso de las masas y bajo la presión de los capitalistas que dominan la eurozona, ha decidido renunciar para dar paso a un "nuevo gobierno" y al nuevo paquete que empobrecerá más a las clases oprimidas del país del Peloponeso. 

En el fondo de la crítica de Vargas Llosa al PSOE está su posición contra todo lo que significa su antisocialismo, y no porque el PSOE lo sea, sino porque al presentarlo como tal, defiende todo lo que significa la continuidad del neoliberalismo que, por lo demás, el mismo PSOE ha contribuido a imponer desde, incluso, por los anteriores gobiernos presididos por Felipe González en la década de los 80 del siglo pasado, profundizado por los dos gobiernos del PP con Aznar, un conservador que llevó a España a convertirse en un Estado neoliberal que ahondó más las desigualdades sociales y el aumento de la desocupación. Cuando nuevamente el PSOE volvió con Rodríguez Zapatero en la presente década, convertido el PSOE en un abierto partido neoliberal, como su similar en el Perú, el APRA, la crisis mundial del capitalismo empezó a minar las bases especulativas de la economía española, esos supuestos "ocho años de historia feliz de Europa" y "de una economía pujante que muchos envidiaban", según el artículo del escritor peruano. 

Vargas Llosa parece que no hubiese vivido en España durante los últimos 30 años para que afirme fácilmente que "en la actualidad España es el país de la Unión Europea donde las diferencias económicas son más grandes…". Estas desigualdades preceden a la España post Franco y no se han atenuado en lo fundamental desde que los partidos demoliberales vienen gobernando el país. Con el neoliberalismo esas desigualdades se han profundizado, como también ocurre, inclusive, en los países más desarrollados de Europa. Los "indignados" no son creaciones de un mago sino de un sistema social en crisis. 

Para Vargas Llosa no hay en España la dictadura del capital transnacional ni la acumulación y concentración de la riqueza en un grupo pequeño de españoles, en el cual se encuentra la trasnochada nobleza, cuya cabeza, el Rey Juan Carlos I, detenta, nada menos, 3 mil millones de euros, en bienes inmuebles, museos, empresas… Frente a este poder, tanto el PSOE como el PP no hacen más que mantener el sistema. No en vano los indignados exigen que se vayan todos los políticos liberales y neoliberales y se construya un nuevo Estado, manifestación que a la burguesía española y a Mario Vargas Llosa les aterroriza, a tal punto que en el artículo el autor se refiere al "desborde" del movimiento de protesta, que supuestamente es empujado por "extremistas". Los "indignados", con todas sus debilidades, están sustituyendo, en el momento preciso, a la fuerza revolucionaria que España necesita y no tiene. Aquí está la ventaja de la burguesía española y la desgracia del pueblo español. 

Después de ponderar la "superioridad" del PP porque "cuenta con el mejor equipo de economistas y las ideas más claras", don Mario Vargas Llosa prefiere votar por Rosa Díez del partido UP y D, fuerza que podría servir, dice, para contrarrestar al PP en el Congreso, ya que al ser mayoría, el nuevo gobierno de Mariano Rajoy (PP) podría convertirse en autoritario. Como sus aliados, "casi naturales", serían los parlamentarios de UP y D, podrían servir de dique de contención para el nuevo gobierno. Vana ilusión. 

El partido de doña Rosa no es sino otro más del montón neoliberal y su posición de defensa a las diversidades sexuales y otras manifestaciones de tolerancia no tienen nada que ver frente a la defensa de la economía neoliberal de libre mercado. No por defender los derechos de los homosexuales, o el derecho de las mujeres al aborto, etc., se garantiza que quienes adoptan esas actitudes de respeto a esas opciones sean partidarios de los derechos sociales de los trabajadores y de la necesidad de establecer las bases económicas y políticas para la justicia social y la eliminación de las desigualdades. De manera que ni el PP, ni el PSOE, mucho menos la UP y D, garantizan algo mejor que lo que está en curso en la España de hoy. 

La Rosa de Vargas Llosa y su programa 

Hasta donde nos llegan los términos de la campaña electoral de España, doña Rosa Díez está planteando "debate en las calles", o sea mítines, y "regeneración de la democracia". Pero no plantea nada sobre el cambio de rumbo de la economía. Acepta, como el PP, el paquete neoliberal dentro de cuyo esquema piensa eliminar las desigualdades sociales, el paro (desocupación), el recorte de los ingresos y pensiones de los asalariados. Este es el programa que lanzó Zapatero bajo la presión de los grandes empresarios. 

A Mario Vargas Llosa le da igual, pues, votar por la UP y D por el PP. En ambos casos, además, tiene la seguridad de un gobierno que enfilará su política exterior para atacar a Cuba y apoyar la política de bloqueo de Estados Unidos contra el pueblo cubano y su gobierno revolucionario. Le habrá caído como pedrada en los ojos el reciente voto del Perú en la ONU contra ese criminal bloqueo. 

Como en el Perú, lo que vale para Vargas Llosa es todo lo que favorece a los intereses del capitalismo. A eso llama "valores democráticos". Su rosa es la rosa neoliberal. 

Iquitos, noviembre 07 del2011 
 

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