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jueves, 20 de febrero de 2014

La derecha venezolana carece de memoria y de dignidad


DOMINGO, 8 DE JULIO DE 2012

La derecha venezolana carece de memoria y de dignidad

La derecha venezolana  carece de memoria y de dignidad
                                                           José Ramos Bosmediano, Profesor de Filosofía y Ciencias Sociales, ex Secretario General del SUTEP (Perú)
 
No hay duda sobre la importancia de las próximas elecciones generales en Venezuela, no solo para la patria del Libertador Simón Bolívar sino también para la propia América Latina donde se libra una de las contiendas antiimperialistas más decisivas del siglo XXI: el impulso de una alternativa independiente  frente al dominio de los Estados Unidos y un camino de integración solidaria de nuestros pueblos.
Para Venezuela, se trata de la ratificación del pueblo venezolano de la alternativa bolivariana que viene conduciendo el Presidente Hugo Chávez, rumbo que busca el desarrollo integral de ese país arrebatándole a la oligarquía venezolana, dentro de un proceso pacífico de reformas, su viejos privilegios como terratenientes, banqueros y socios de los monopolios extranjeros en el usufructo de la explotación y exportación del petróleo, la principal riqueza natural del país.
La mesa de la derecha venezolana tiene patas yanquis
Quienes seguimos de cerca los acontecimientos de América Latina, y de Venezuela en particular,  nos damos cuenta de la mala memoria de la derecha  venezolana.  ¿Quién no sabe que no uno de sus jefes, acaso el más poderoso de fines del siglo XX, Carlos Andrés Pérez, fue a refugiarse en Estados Unidos para no ser juzgado, donde tuvo su riqueza acumulada y donde, finalmente, murió?
¿No es verdad que los demás jefes de esa derecha tienen como lugar de residencia paralela el país capitalista más abusivo de la historia de los siglos XIX y XX bajo la administración alterna de los denominados demócratas y republicanos?
No son los gobiernos de Estados Unidos quienes en los últimos 10 años denigran constantemente del régimen político presidido por el Comandante Chávez, de sus medidas económicas y sociales y de toda política que disminuye las ganancias de los monopolios extranjeros en beneficio del pueblo venezolano?  La denominada "Mesa de Unidad Democrática" que ha constituido la derecha venezolana para buscar hacerse del gobierno que se elegirá en octubre de este año forma parte de los planes de Estados Unidos para recuperar su poder perdido en ese país.
Las patas que sostienen la mesa de la derecha venezolana se encuentran, en realidad,  en Estados Unidos, donde se planifican las estrategias de recuperación del poder para esa oligarquía, incluida la del golpe de Estado del año 2002.  Uno de los aspirantes a la candidatura por esa mesa derechista vino desde Estados Unidos porque "quería servir a su país". Los más sagaces de esa derecha, con Henrique Capriles como candidato, le volvieron a la realidad, pues su presencia era demasiadamente yanqui para engañar a un sector del pueblo venezolano.
Cuando los gobernantes estadounidenses y sus grandes periódicos se refieren constante y  negativamente al gobierno del Presidente Chávez, la derecha venezolana no encuentra intromisión en la vida política de ese país; ni cuando el neoliberal escritor Mario Vargas Llosa insulta al gobernante venezolano de la peor manera.; o cuando otros personajes de la derecha latinoamericana se reúnen en la propia Venezuela para hacer propaganda a la derecha. Pero cuando el ex Presidente "Lula"  da Silva ofrece su apoyo a la candidatura del actual Presidente venezolano, esa derecha, sin memoria ni escrúpulos, lanza su grito al cielo y pretende aparecer como ultranacionalista, defensora de su país frente a cualquier "agresión" desde afuera. 
La "dignidad" y la mentira de la derecha venezolana y sus amigos
Capriles y todos los grandes empresarios que aún dominan gran parte de la economía venezolana están ofreciendo respeto a la dignidad de ese pueblo.  Olvidan que durante todo el siglo XX han gobernando ese país y han permitido que los monopolios petroleros  repatríen ingentes ganancias producidas por la explotación de los hidrocarburos.
 Toda la pobreza que el pueblo venezolano ha acumulado en toda su existencia republicana ha sido la obra de esa derecha, pues ella es la que ha gobernando ese país, con dictadura o con "democracia".  La justicia que hoy ofrece, la dignidad que ahora predica y que exige al Presidente Chávez en solo diez años, nunca han sido los emblemas de su actuación política. Más bien han cumulado grandes extensiones de tierras  que en pleno siglo XXI se niegan a devolver para que los verdaderos agricultores las trabajen.  Sus tierras ociosas son sagradas, propiedad inalienable para sus herederos.
En las próximas elecciones en Venezuela están enfrentadas dos fuerzas polarizadas: por un lado, la derecha más ruin de América Latina encabezada por Henrique Capriles, que representa el pasado oligárquico y el dominio imperial de Estados Unidos; por el lado de la soberanía nacional y de los intereses del pueblo venezolano, la candidatura del actual Presidente Hugo Chávez, la fuerza del progreso y la dignidad de ese gran pueblo.
Lima, julio 7 del 2012


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