Veo que están recogiendo poemas a Pepe Ramos.
Por si acaso, les adjunto uno mío. Lúber Cáceres lo puede atestiguar: desde la época de Horacio Zeballos hasta la suya (la de Lúber) fui representante del Sutep para la vieja Europa.
TUNCHE
Para José Dámaso Ramos Bosmediano
¡Tiempos idos ya!
Desplazándonos a lomo de agua
por el río Rhin, y no precisamente
en plan turístico, me abordó el hombre
y me dijo: "del resplandor de los valles
su hermano, el verdor de las colinas
que a nuestros ojos asoman
mis juegos infantiles con bichos
y culebras me recuerdan"
Por su alegre boca supe que, además,
la virginal madera, lisa y pura,
había sido su primera amante.
En su deficiente barbacoa,
crujiente a veces y a veces silenciosa,
además de a las culebras y otros bichos,
la madera lo había acercado
al tunche y a los pumas.
Hijo de la selva
y nieto de las montañas,
su fraternal filosofía enriqueció
mi norte.
Cabello negro azabache
y mirada rica copada de promesas
paradisíacas, nos citamos un día para que,
en alguna ciudad o campo del Perú,
me siguiera contando acerca de su tránsito
de la soledad al ruido de la civilización.
Al borde de la taza de un café,
otro amigo mío y compañero suyo
palmó mis hombros y me dijo: "¡No lo
esperes ya! ¡Su tierno corazón estalló
en pedazos y ahora él mismo camina
por las noches cual moderno tunche!"
Supe, así, que aquel Hombre,
madera buena de verdes valles y colinas,
silencio de puma, nieto de mis montañas
y compañero de mi verbo y mi palabra,
era río en sí, hermano del Rhin.
Tunche y barco al mismo tiempo,
sus luces alumbran nuestros difíciles
caminos hacia aún lejanos pero felices
y dichosos mundos!
(Essen, diciembre del 2012)
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