De: Hans Mejia Guerrero <hansmejiaguerrero@gmail.com>
Fecha: 18 de agosto de 2016, 20:10
Mg. Hans Mejía Guerrero
  
      
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
    
  
  
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Publicado por Blogger para HUACAPU el 8/18/2016 06:05:00 p. m.
  
Fecha: 18 de agosto de 2016, 20:10
Mg. Hans Mejía Guerrero
Asesor y Consultor en Ciencias Pedagógicas  y Políticas Educativas
Cel: 999445572
  José Dámaso Ramos Bosmediano
     La metodología pedagógica o de la  enseñanza-aprendizaje es, para nosotros, una rama de la Pedagogía, aun cuando  hay corrientes y autores que le dan un estatuto disciplinar propio. No es el  caso ser específicos en definiciones ni en los principios de la metodología  pedagógica, que tiene en la psicología y en la lógica de la investigación sus  elementos auxiliares más importantes. Nos cabe, más bien, definir los elementos  fundamentales para conducir, en las aulas, el proceso enseñanza-aprendizaje.
    La concepción  socio-histórico cultural como orientadora del proceso enseñanza-aprendizaje
    Sin  ignorar ni dejar de tener en cuenta otras concepciones sobre la didáctica, que  han sido difundidas ampliamente en nuestro país durante todo el siglo XX,  aplicadas también en las escuelas y centros de enseñanza superior, la  concepción más válida para dar paso a una nueva educación es la denominada  "socio-histórica cultural", creación del psicólogo neurocientífico ruso Lev S.  Vygotsky.
    Sin  soslayar la necesidad de una exposición más completa de la teoría  socio-histórico cultural del aprendizaje, que los maestros debieran de  estudiar, ofrecemos un sumario resumen de ella para demostrar su importancia,  pertinencia y marcada superioridad frente a otras corrientes didácticas.
    Hay  que decir, de antemano, que una didáctica determinada y sus procedimientos  metodológicos no están desligados de la visión que el educador o el  investigador en educción tienen sobre el mundo, la vida y el hombre, vale  decir, de una visión filosófica determinada que orienta la formulación de los  principios educativos y pedagógicos, los fines y los objetivos, las políticas y  las prioridades. Explícita o implícitamente, la visión filosófica o "visión del  mundo" está presente en todo proceso educativo, formal o no formal.
    En  la teoría de Vygotsky es importante el reconocimiento de que la actividad  mental es lo que distingue al hombre como ser humano. En esta actividad mental  el aprendizaje es el producto de la experiencia socio-cultural a través de  mediaciones antes y durante la vida escolar del niño y en el resto de su  existencia. Las mediaciones son tanto materiales como simbólicas, siendo el  lenguaje la más alta mediación simbólica y psicológica. Además del lenguaje,  existen variadas mediaciones simbólicas y psicológicas, como contar, leer  mapas, diagramas, esquemas, tecnologías, y otras formas de representación de la  realidad a través de los símbolos.
    La  actividad mental no es, para Vygotsky, una actividad universal, que se produce  de la misma manera en todos los individuos. Se caracteriza por su marcado  dinamismo, su cambio permanente, cambio que se produce según las formas de  mediación y la realidad socio-cultural en que se produce la experiencia, de tal  manera que ésta cambia en cuanto cambian las relaciones sociales, el modo de  producción y la estructura social que, como se sabe, no son estáticas. Por  tanto, si se producen cambios de tipo socio-cultural, no hay duda que la  actividad mental de los individuos tiene que experimentar variaciones. Desde  esta visión, la teoría vygotskyana es considerada como concepción  sociogenética, a diferencia de la concepción de Piaget que es biogenética. Por  supuesto que los factores biológicos desempeñan un papel importante en la vida  mental de las personas, pero ese peso específico no es absoluto, como lo  considera Piaget cuando investiga la evolución del desarrollo mental del niño.
    Partiendo  del factor de la mediación en la formación de la personalidad de los niños,  Vygotsky distingue la doble formación en el individuo. La primera, fase  producida por la mediación e influencia de las personas que rodean al niño,  desde los adultos de la familia hasta los maestros en la escuela, con los cuales  se producen relaciones interpersonales o interpsicológicas, a través de las  cuales los niños adquieren experiencias de aprendizaje. La segunda es la fase  en la que el niño internaliza, hace suyos los aprendizajes de la primera fase,  incluyendo lo que la sociedad ofrece al niño, en un proceso intrapersonal o  intrapsicológico, lo que significa que el niño hace suyas las experiencias  aprendidas. Este proceso significa que las experiencias del aprendizaje se dan  entre seres humanos y precede al desarrollo mental del individuo.
    Los  otros elementos de la teoría de Vygotsky son los conceptos de zona o nivel de  desarrollo real, zona de desarrollo potencial y zona de desarrollo próximo.  Cuando el niño llega a la escuela o cuando, estando en ella, el profesor  presenta el tema de estudio, no se encuentra vacío o "en blanco", sino que  lleva un conjunto de experiencias, ideas, conocimientos internalizados  previamente y todo lo que el niño es capaz de aprender: es la zona de  desarrollo potencial desde la cual parte el niño para continuar con otras  experiencias. El segundo nivel es el que el niño logra alcanzar con  sus propias capacidades,  con   independencia     respecto a  los mediadores adultos: es la zona real, el  desarrollo ya alcanzado. La zona próxima es la distancia que se da entre la  zona potencial y la zona real, es decir, todo lo que la acción pedagógica puede  hacer para que lo potencial se convierta en real. La internacionalización de  las nuevas experiencias conformará la zona de desarrollo real, a donde el niño  llega acompañado por la mediación del profesor o de un compañero de aula con  conocimientos superiores a aquél. A la zona de desarrollo real el niño no llega  a través de ejercicios mecánicos o repetitivos, aislados o atomizados, sino a  través de actividades creativas, inquisitivas, intencionales, significativas o  relevantes para el niño, situaciones que el profesor debe ser capaz de  despertar, como un mediador eficaz y necesario, lo que no podría hacer una  máquina, por más "inteligente" que sea.
    El profesor es el  mediador por excelencia, conductor del proceso de enseñanza-aprendizaje, no un  simple "facilitador" como vienen planteando los constructivistas.
    Como  puede notarse, la teoría de Vygotsky no excluye los elementos positivos de  otras teorías, como las investigaciones de Piaget sobre el desarrollo de la  inteligencia del niño, o las teorías del aprendizaje significativo de Ausubel y  Novak, por ejemplo, a condición de no ignorar el carácter socio-histórico  cultural del proceso de aprendizaje, esa relación dialéctica entre la realidad  socio-histórica cultural y la capacidad de aprendizaje del niño, fundamental y  previo a la evolución mental del niño.
    Debe  colegirse, de lo resumido, que la teoría socio-histórico cultural nos ofrece  las mejores posibilidades para desarrollar un proceso educativo integral en  nuestra región, siempre y cuando los maestros asuman el dominio de la pedagogía  científica, que incluye la metodología correspondiente.
    SI  quisiéramos un esquema de funcionamiento y aplicación del método socio-histórico  cultural, podemos citar el elocuente y claro esquema que nos ofrece Guillermo  Briones en su obra Teorías de las ciencias sociales y de la educación,  epistemología (EditorialTrillas, 2a. Edición, México, D. R):
    a)  Se presenta al niño una tarea de cierta dificultad; b) El niño recibe  orientación del profesor para resolverla; c) Cuando alcanza la tarea, se le  ofrece otra de similar dificultad; d) El niño trata de resolverla de manera  independiente o, de nuevo, con la ayuda del profesor. Pero es importante tener  en cuenta, en este último paso que, según la teoría que estamos exponiendo, lo  que el niño puede hacer con la ayuda de un adulto, puede hacerlo luego por sí  solo (p. 155)
    Didáctica  Investigativa y desarrolladora
    Es  una metodología que integra en el aula información, conceptuación,  Interpretación e investigación científica, sobre la base de la lógica que, del  proceso del descubrimiento científico, puede ser trasladado a la  enseñanza-aprendizaje, teniendo en cuenta ciertos principios en la asimilación  y descubrimiento de conocimientos por los estudiantes.
    La  lógica del proceso empieza con la pregunta por el qué, siguiendo el cómo es,  luego el por qué es así, inmediatamente se busca conocer si es verdad lo que se  está afirmando, para proseguir con la pregunta para qué sirve lo que estamos  conociendo, hasta llegar a una nueva pregunta de qué más hay, demostrando que  el conocimiento es infinito y su investigación también.
    La  didáctica investigativa puede realizarse mejor desde una perspectiva socio-histórica  cultural del aprendizaje que hemos resumido en el parágrafo precedente. En  realidad, se corresponden, pues en el proceso de la clase con las fases  señaladas, el estudiante tiene la posibilidad de internalizar las nuevas  experiencias con la ayuda del profesor, hasta llegar a la zona de desarrollo  real.
    Metodología activa y  sus formas
    Se  ha convertido en una especie de moda hablar constantemente de la "educación  tradicional" para referirse, indistintamente, a la pedagogía aplicada en los  países subdesarrollados, que no fue sino una servil imitación de la pedagogía  moderna creada y desarrollada en los países avanzados. Esta crítica olvida que  en estos países la educación de sus pueblos avanzó con esa  pedagogía   y  sus  métodos   porque  las  condiciones económicas y sociales  lo permitieron; y a medida en que esas  condiciones iban cambiando, también fueron cambiando los enfoques pedagógicos y  metodológicos, sin desestimar los grandes   aportes de la pedagogía "tradicional".
    La  pedagogía moderna ha venido creando, durante el siglo XIX y XX, un conjunto de  metodologías activas o didáctica activa, métodos que trataban de rescatar la  parte dinámica del proceso enseñanza-aprendizaje, especialmente el papel activo  del niño en ese proceso. Estas metodologías no pueden ser ignoradas y  reemplazadas por un constructivismo que se basa en una concepción solipsista de  la realidad, idealismo subjetivo que menosprecia la relación dialéctica de  sujeto-objeto en el proceso del conocimiento, desde la práctica socio-histórico  cultural hasta la internacionalización de las nuevas experiencias.
    Los  métodos activos deben ser revalorados y aplicados creadoramente, utilizando la  nueva tecnología de la información y otras formas de presentación del material  didáctico, subordinados al método socio-histórico cultural. Por lo demás, en la  pedagogía moderna clásica, esa que despectivamente es denominada "tradicional",  encontramos los principales postulados de la pedagogía que en otros países ha  dado resultados superiores.
    El maestro como  agente conductor y el alumno como centro del proceso
    Frente  a la desvalorización del maestro peruano y la tendencia neoliberal de  concebirlo como el mero "facilitador" del proceso de enseñanza-aprendizaje,  consideramos que su papel es mucho más relevante: es el conductor del proceso  porque se ha preparado para orientar la enseñanza-aprendizaje en las aulas o en  otros espacios adecuados según la naturaleza de los temas o las áreas del  conocimiento. Su preparación especializada, su evidente superioridad sobre el  estudiante en la posesión de conocimientos y experiencias, como adulto y  profesor, le asignan ese papel de orientador, guía. Que una de sus tareas sea  facilitar al estudiante la adquisición y comprensión de nuevos conocimientos y  prácticas, no agota su papel, pues uno de los postulados más importantes de la  pedagogía moderna clásica, obtenida de la pedagogía socrática y de la lógica de  Descartes, es transitar de lo fácil a lo difícil, de lo simple a lo complejo,  etc.; pero la labor del profesor avanza hacia la formación integral de los  estudiantes, que comprende, en última instancia, la internalización de los  valores para la formación de personalidades sólidas, críticas y capaces de  seguir enriqueciendo sus conocimientos, incluyendo la crítica y el rechazo a  los nefastos modelos de pensamiento y de conductas que la sociedad viene  introduciendo en la mente de la niñez, la juventud y de los adultos. El  aprendizaje de conceptos y técnicas operativas es sólo una parte de su  formación.
    El  centro del proceso enseñanza-aprendizaje es el estudiante, niño, adolescente o  joven. Todo esfuerzo externo al estudiante debe ser cuidadosamente desplegado,  planificado, seleccionado. Es el centro del proceso porque, por un lado, tiene  ese derecho; por otro, está en su etapa de formación, de adquisición de nuevos  conocimientos y experiencias.
    Currículo integral y  diversificado
    Lo  integral del currículo no se mide por el número de materias, ni por la simple  agrupación por áreas.
    El  número excesivo de materias o cursos tiende a dispersar la asimilación de los  conocimientos y debilitar la integración de ellos, impidiendo la formación de  una visión totalizadora de la realidad.
    En  el otro extremo, una agrupación antojadiza por áreas mutila el conocimiento de  aspectos importantes de la realidad y de las ciencias, deviniendo en una  enseñanza-aprendizaje superficial, como viene ocurriendo en el Perú con los  currículos que desde 1995 se están aplicando como "nuevo enfoque", una de cuyas  versiones es el currículo vigente desde el 2009, en el cual, en el área de  ciencias sociales, no encontramos aspectos importantes de la realidad social y  humana. En las reformas anteriores, en cambio, se cometía el error de la  ampulosidad de los contenidos curriculares.
    Lo  integral se define tanto por las necesidades de formación plena de la  personalidad de los estudiantes, como por los conocimientos más relevantes para  satisfacer esas necesidades. Sin estudiar suficientemente esta mutua  correspondencia no es posible estructurar un contenido curricular  pedagógicamente fundamentado.
    Un  currículo integral para la educación amazónica no puede prescindir de la  historia y la geografía de esta región, en el contexto de la historia y  geografía mundial y nacional, respectivamente. Mutilar estos tópicos constituye  un crimen pedagógico. De igual manera debe procederse en el estudio de la  biología, de la formación artística o estética, etc.
    Sobre  la diversificación curricular ya hemos expuesto los criterios fundamentales en  el capítulo correspondiente a los principios de conducción pedagógica. Son  válidos los postulados curriculares de lo integral, diversificado, flexible,  secuencial, intercultural, principalmente.
    Desarrollo  secuencial y complementario de los contenidos curriculares
    Desde  la década de los 70 se ha venido imponiendo en las escuelas, bajo la  orientación del Ministerio de Educación, por supuesto, la disgregación de las  materias de enseñanza, al evaluar en cada bimestre o trimestre solamente lo  "aprendido" en cada uno de esos periodos, sin tener en cuenta que un contenido  curricular, biología por ejemplo, constituye una unidad, cuyo conocimiento de  los elementos precedentes son imprescindibles para el avance hacia niveles más  superiores. Se promueve así una mutilación del conocimiento específico de una  materia de estudio, el "olvido" y el abandono de los conocimientos anteriores.
    En  el plano de las lecturas de libros y otros materiales, se disgrega también la  unidad de los textos para promover el facilismo   de la lectura de "separatas" o determinados capítulos para comprender un  tema o la teoría de un autor, o el contenido de una obra literaria. Este  "método" se ha impuesto en la educación secundaria y hasta en la universidad,  proporcionando una formación cognoscitiva muy superficial en los futuros  ciudadanos y profesionales; pero también generando un rendimiento deficiente al  concluir la educación básica o los estudios superiores, educación cognoscitiva por  "pedazos" o partes, desintegrados de la totalidad.
    Uno  de los factores que ha conducido a esta situación  pero no la principal, es la pobreza  bibliográfica de las escuelas y de las instituciones de educación superior,  como lo comprueban, con honestidad, algunos académicos. Como no hay dinero para  adquirir libros, por lo menos hay que leer una parte de ellos, que los alumnos  expongan y con eso basta para vanagloriarse de cumplir con el postulado de la  "participación activa" de los estudiantes.
    Pero  el procedimiento más nefasto aún es la asignación de la tarea de recurrir al  internet para que el alumno se agencie de "material de estudio", sin tener en  cuenta que la abundancia de información en las redes virtuales no garantiza una  escritura correcta ni un contenido científico de lo que allí se encuentra. Por  su inexperiencia, especialmente en la educación básica, el estudiante puede  recoger información tergiversada de la realidad, ideas simplistas que se  encuentran con facilidad, como ocurre en el espacio virtual denominada  Wikipedia, verdadera fuente de ideas antojadizas sobre las cosas y los  conceptos. No estamos lejos del contencioso académico que se ha producido con  dos estudiantes de la universidad católica, quienes han usado, precisamente, la  Wikipedia para elaborar su trabajo, copiando, como mendigos cognoscitivos, lo  que encontraron escrito. No es fácil ni frecuente advertir tales plagios  virtuales.
    Proponemos  reestructurar los procedimientos de evaluación de los estudiantes desde una  perspectiva secuencial de los conocimientos, de su complementariedad entre los  anteriores y los posteriores, y la necesidad de crear una visión totalizadora u  holística de la realidad natural, social y humana.
    Evaluación  permanente, integral y sistemática de los aprendizajes por los maestros
    Se  ha impuesto la evaluación externa del aprendizaje de los estudiantes,  procedimiento que el neoliberalismo ha creado para clasificar a los alumnos en  "buenos" y "malos", trasladando esas descalificaciones a las escuelas y los maestros.  Es la evaluación estandarizada que refleja la influencia de la economía  competitiva y que solo mide conocimientos parciales (matemática, comunicación y  ciencias naturales), de eficacia inmediata para el libre mercado. Todo lo  demás, lo cívico, lo humano, lo social, no interesa para la competencia  individualista. Consideran que quienes aprueban las evaluaciones PISA o las  estandarizadas  promovidas por los  gobiernos a través de entidades ajenas a las escuelas y a la propia  administración de la educación pública, han logrado una "educación de calidad".  En América Latina ya son 30 años de aplicación de esta evaluación en un gran  número de países, pero la "calidad" educativa sigue en picada, excepto en Cuba  donde este tipo de evaluaciones no se ha aplicado en su sistema educativo, sin  embargo, al aplicar  la evaluación PISA a  los estudiantes cubanos, estos tuvieron el doble de los rendimientos que los  estudiantes donde el neoliberalismo ya estaba envejeciendo.
    Como  puede notarse, con esta evaluación, por ser formulada y aplicada desde fuera de  la escuela, se desvaloriza más la función del maestro, cuyo trabajo de  evaluación a los estudiantes pasa a un  segundo plano, convirtiéndose casi en inservible. Pero por otro lado, el Estado  distrae grandes recursos en la contratación de los servicios de privados o de  universidades públicas, en lugar de invertir esos recursos en implementar mejor  a las escuelas y mejorar la situación económica de los maestros.
    Los  mejores procedimientos de evaluación de los estudiantes son: la evaluación  permanente, que se aplica en el propio desarrollo del proceso  enseñanza-aprendizaje, complementado con evaluaciones parciales de trabajos y  pruebas al finalizar cada período dentro del año lectivo; la evaluación  integral, es decir, aquella que permite auscultar todas las capacidades de los  estudiantes: cognoscitivas y formativas de la personalidad (actitudes  valorativas y cívicas), mas no solamente conocimientos parciales; la evaluación  sistemática, es decir organizadamente, vale decir, ordenando en el tiempo,  valorando todos los factores y procedimientos de evaluación, de tal manera que  se tengan en cuenta todos los factores posibles para comprobar el avance de los  estudiantes y el domino de los conocimientos y actividades correspondientes,  haciendo que desaparezca el factor de la incertidumbre que produce resultados  irreales o subjetivos; la evaluación formativa, que conduzca a que los  estudiantes autovaloren sus capacidades adquiridas, sus avances y también sus  deficiencias, consoliden sus convicciones de seguir estudiando y mejorando su  rendimiento, al margen de competencias individualistas y calificaciones de  "buenos" y malos", que tienden a la discriminación entre los estudiantes.
    Iquitos,  marzo de 2010.
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Publicado por Blogger para HUACAPU el 8/18/2016 06:05:00 p. m.
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
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