José Ramos Bosmediano
A un año de gobierno del Presidente Ollanta Humala Tasso ya tenemos configurados los elementos básicos de la política nacional del período 2011-2016. Todas las esperanzas de las masas populares y de los sectores progresistas que apoyaron fervientemente la propuesta de “La Gran Transformación” han sido defraudadas por el régimen instalado el 28 de julio de 2011. Hoy se puede decir que esas aspiraciones fueron meras ilusiones de un pueblo que no ha cesado de luchar por un país diferente, libre de la opresión externa e interna. De una propuesta calificada, dentro y fuera del país, de izquierda y hasta “chavista”, el programa “nacionalista” se ha pasado a la extrema derecha, al neoliberalismo versión aprista de 2006-2011. El discurso-mensaje del 28 de julio ha sido aún más explícito para reafirmar la ruta neoliberal elegida durante la segunda vuelta electoral de 2011.
Lo dicho no es el producto de una apreciación subjetiva, pues lo que se observa es un marcado descontento popular y la presencia como oposición activa de las masas que, votando por un cambio sustantivo en el Perú, están luchando hoy por otros medios (huelgas, marchas, movilizaciones, bloqueos de vías de comunicación) para lograr reivindicaciones que el nuevo gobierno está negándolas. Los sectores progresistas y de izquierda socialdemócrata que se involucraron en la campaña electoral a favor del candidato que hoy es el Presidente de la República han empezado a desprenderse del compromiso gubernamental que, entienden, carece del rumbo trazado en el programa original. El propio Presidente Ollanta Humala ha eliminado de su discurso político toda alternativa contraria al nefasto modelo neoliberal, mucho menos al capitalismo Reiteramos: de la aparente cercanía al programa bolivariano de Venezuela, pasando por el modelo capitalista socialdemócrata de “Lula” Da Silva, pasó a asentarse, sin retorno, en el continuismo neoliberal del gobierno aprista del período 2006-2011. Para encubrir el camino reaccionario, después de la primera vuelta electoral planteó medidas efectistas pero insustanciales como “Beca 18”, “Cuna Más” y “Pensión 65”, exhibiéndolas hoy como grandes logros educativos y sociales.
Vale, pues, el intento de establecer los elementos que explican, siempre aproximadamente, la situación política en la perspectiva del presente lustro gubernamental.
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